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La importancia de la tecnología

Por: Carlos García Botero
Experto en Mitigación de la Estrategia E2050 Colombia en Expertise France

La creciente interconexión entre procesos físicos y sociales y su impacto sobre la velocidad de propagación de los efectos negativos y positivos sobre la naturaleza y sobre la sociedad, hace que la transformación digital ofrezca herramientas de gestión e impulso de cambios en los patrones de aquellos recursos más vulnerables, de los combustibles más contaminantes y la reducción de las desigualdades en la sociedad.

Tecnologías como la inteligencia artificial, el gemelo digital, la realidad aumentada o la gestión de big data dará lugar a mayor control social sobre los procesos de mitigación y de adaptación al cambio climático, así como para que nuevos actores que participen de la materialización de medidas que reduzcan los efectos de ese cambio y promuevan acciones más verificables por la sociedad y por agentes del Estado.

A la transformación digital se suma la adopción de nuevas tecnologías en procesos de transformación, de movilidad, en procesos industriales, en la agricultura, motivada en las tres próximas décadas por una creciente electrificación de la economía, así como la aceleración de la eficiencia energética en todos los procesos.

Una mayor electrificación de la economía será la apuesta para utilizar nuevos procesos industriales con menor intensidad energética y menores emisiones o ninguna.

El cambio tecnológico, así como el ascenso tecnológico en los procesos más costosos, debe ser promovido como parte tanto de la adaptación como de la mitigación del cambio climático. Colombia requiere marcos normativos y estandarización de las nuevas tecnologías que promuevan la alineación de ese cambio tecnológico con la carbono neutralidad.

La industria colombiana se caracteriza por bajos niveles de complejidad tecnológica en las mipymes, que son más del 90% de los establecimientos industriales. Los equipos de mayor utilización en la industria, tienen antigüedades que superan en promedio los 20 años. Sectores como el transporte se caracterizan por una baja tasa de renovación en la movilización de carga y el decrecimiento en la movilización de pasajeros en sistemas de transporte urbano.

No existen redes inteligentes eléctricas desplegadas y solo están en proceso de adopción equipos como los medidores inteligentes, equipos para monitorear y operar de forma remota sobre las redes de energía.

Se registra rezago en la adopción de estándares para nuevas tecnologías a todo nivel, incluidas las pertinentes a vehículos eléctricos.

Las redes inteligentes serán un elemento crítico para la transformación tecnológica de muchos sectores y actividades. Por ejemplo, la meta propuesta de alcanzar el 75% de usuarios con medidores inteligentes en el 2030 parece muy difícil de alcanzar sino se incentiva de forma eficiente su desarrollo con implicaciones en los ámbitos económicos y tecnológicos.

El cambio tecnológico podrá acelerarse con la incorporación de redes 5G de los celulares, que abrirán camino a cambios tan relevantes como internet de las cosas, tanto actividades cotidianas como en actividades industriales, agrícolas, de salud, entre otras.

Los estándares serán una herramienta para ordenar el cambio y el ascenso tecnológico en muchos sectores productivos como de servicios.

“No hay duda de que la digitalización llevará la transición energética a un nivel completamente nuevo”, dice Robert Spanheimer, experto en energía de la asociación alemana de la industria digital Bitkom.

 “La digitalización se acerca a todo el sector energético a la velocidad de la luz. Cambia las reglas del juego, cambia el equilibrio de poder y hace posible lo que hasta ahora era imposible”. dice Fabian Reetz, del grupo de expertos en tecnología y sociedad Stiftung Neue Verantwortung.

Los complejos sistemas de TI ocuparán un lugar central en esta próxima fase de la transición energética, pues las instalaciones solares y eólicas dependientes del clima reemplazarán a las centrales eléctricas convencionales como pilares centrales del sistema eléctrico, lo que requerirá formas sin precedentes para alcanzar el balance instantáneo entre oferta y demanda.

El impacto total de las tecnologías digitales irá mucho más allá de la instalación de contadores de electricidad “inteligentes” conectados a Internet o de poder controlar a distancia los calentadores domésticos con un teléfono móvil.

“El quid de la cuestión son los conceptos asociados con la digitalización, como el intercambio de generación de energía excedente entre vecinos y la activación de la flexibilidad a escalas más pequeñas”, explica Spanheimer.

El sector energético va a la zaga de otras industrias, como los medios de comunicación y el comercio minorista, en la adopción de tecnologías digitales. Pero ahora está repleto de palabras clave como big data, plantas de energía virtuales, redes inteligentes, internet de las cosas, economía compartida y tecnología blockchain.

Las empresas con modelos de negocio completamente nuevos pueden ingresar al mercado energético gracias a las tecnologías digitales. Estos convierten a los consumidores de energía ordinarios en comerciantes de electricidad, o vinculan los electrodomésticos con máquinas industriales y baterías en redes basadas en Internet.

Pero a pesar de los avances, se desconoce qué hará la digitalización en el sector energético, sus negocios y el comportamiento de las personas a largo plazo.

«Es un poco como intentar predecir los efectos de Internet antes de que se inventara», dice Reetz.

Stephanie Ropenus, experta en digitalización del grupo de expertos en energía Agora Energiewende, dice que “el fenómeno de la digitalización es un salto cuántico para la transición energética”. Añade que, “el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones tendrá que fusionarse con el sector energético. Este no es solo un cambio de paradigma para la industria, sino también para la sociedad, e implica oportunidades y riesgos. Ahora tenemos que preguntarnos: ¿Qué queremos?

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